Lo inicios de la musica
  15-el milenio ya esta aqui
 
   EL MILENIO YA ESTA AQUI.
La atracción de un sonido nuevo y fresco como el trance fue tan fuerte que un pionero de la escena acid house inglesa, Paul Oakenfold, abrazó el género desde su vertiente más oriental, es decir, el goa. De paso crearía Perfecto Records, donde se refugió un auténtico gurú del goa como Man With No Ñame, nombre artístico de Martin Freeland, cuyo Teleport (Dragonfly Records) había causado un enorme impacto en 1994.
El goa nació en las raves celebradas en las playas de la región india del mismo nombre, una antigua colonia portuguesa en la que muchos occidentales se habían refugiado desde la década de los 60. Su sonido original, básicamente el progresive rock, fue influido por la explosión acid house y empezó a incorporar sonidos electrónicos de la mano de dj’s como Goa Gil. Este género se caracterizaba por sus toques ácidos y la utilización de samples exóticos en temas densos y básicamente instrumentales, como los que se encuentran en las producciones de Prana o Juno Reactor. Este sonido hipnótico, seguramente el más elaborado de la galaxia trance, permitía al público “viajar”, creando sensaciones atmosféricas que envolvían a las personas y la situaban en sintonía con su entorno. No en vano, Goa había sido uno de los destinos preferidos de Sven Väth y ayudaron a configurar su visión ácida y lisérgica de la electrónica.
 
De Frankfurt a Ámsterdam
La hegemonía del conjunto de la escena a nivel mundial recae a partir de 1999 en el nutrido grupo de productores y dj’s holandeses, con Tiësto, Ferry Corsten y Marco V a la cabeza. Todos ellos proceden del todopoderoso hardcore orange que se desarrolló desde Rotterdam e irradió toda Europa a principios de los 90. Temas como System F – Out Of The Blue, Veracocha – Carte Blanche o Gouryella – Gouryella fueron la piedra angular que configuró el primer sonido uplifting, que es el más paradigmático de todo el género. El verano del 99 fue importante porque estos dj’s y otros como Armin van Buuren arrasaron en las pistas de Ibiza, pasando por encima de algunos de los selectores mejor establecidos, básicamente británicos, como Judge Jules, John ‘00’ Fleming o Paul Oakenfold.
Su “comercialidad” fue rechazada por artistas como John Digweed y Sasha, que se pasaron al progresive house, definido básicamente por un sonido menos acelerado y unas melodías más elaboradas. Otros grandes nombres que se pasaron al género ante la masificación fueron Dave Seaman, Nick Warren (y su proyecto con Jody Wisternoff, Way Out West) y toda la prole de Global Underground, siempre inquieta en la búsqueda de nuevas sonoridades que la mantengan en la vanguardia progresiva. Además, procedían de un territorio, Gran Bretaña, en el que ya existía una cierta tradición, afianzada por la semilla que había dejado la explosión acid house de finales de los 80 y la recuperación de una moribunda escena house desde mediados de los años 90.
De hecho, el progresive house quedó recluido en los círculos de los trancers más selectos, situándose como el estilo con mejor reputación dentro de la familia del trance. La inclusión de breaks lo ha impulsado en los últimos años, en los que han aparecido prolíficos creadores más allá de las islas británicas, en países como Holanda (Sander Kleinenberg, Matthew Dekay y un recuperado Fred Numf), Australia (Luke Chable, Infusion), o Estados Unidos (Steve Porter se ha unido a los ya consagrados Satoshi Tomiie y Deep Dish).
 Por otro lado, el sonido goa que Oakenfold había descubierto para un gran número de clubbers evolucionó hacia el psychedelic trance, estableciéndose dos grandes corrientes. Una, el full on trance –llamado así por ser un estilo duro, contundente, que llena todas las frecuencias del sonido–, centrado en los productores israelíes, como Astral Projection o Infected Mushroom. Otra, el progressive (psychedelic) trance, localizado en Alemania y los países escandinavos, con figuras como Vibrasphere o Son Kite. Otros importantes focos del psy-trance en el continente son Portugal y Grecia, donde se celebran dos de los mayores festivales del género, Boom Festival y Samothraki, respectivamente. En cualquier caso, la escena goa se ha mantenido siempre en el underground, prefiriendo, seguramente por su profunda conexión con la naturaleza, los grandes espacios abiertos en los que se realizan las raves a los clubes urbanos en los que se desarrollaba paralelamente el uplifting, el deep o el hardtrance.
 
   
 
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